Guía de Salud en Invierno: Cómo la Calidad del Aire Interior Puede Protegerte de Enfermedades

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A medida que se acercan los fríos meses de invierno, tendemos a refugiarnos en interiores en busca de calidez y comodidad. Sin embargo, este cambio conlleva un mayor riesgo de exposición a enfermedades infecciosas transmitidas por el aire, como el COVID-19, la gripe y el virus respiratorio sincitial (RSV). Estos virus prosperan en entornos cerrados y mal ventilados, lo que convierte a la calidad del aire interior (IAQ, por sus siglas en inglés) en un factor crucial para proteger nuestra salud.

A menudo nos centramos en la higiene personal y las vacunas para prevenir enfermedades, pero muchos pasan por alto cómo el aire que respiramos afecta la transmisión de enfermedades. Al comprender la conexión entre la IAQ y la salud respiratoria, y mejorar la calidad del aire en nuestros hogares, lugares de trabajo y escuelas, podemos reducir drásticamente la propagación de enfermedades este invierno.

 

¿Por qué es importante la calidad del aire interior para tu salud?

 

Las enfermedades transmitidas por el aire se propagan principalmente a través de partículas o gotas que viajan por el aire. Estas partículas infecciosas pueden permanecer en espacios mal ventilados, lo que aumenta el riesgo de transmisión de persona a persona. La calidad del aire interior afecta tanto la probabilidad de propagación de enfermedades como la salud y productividad en general.

La investigación ha demostrado de manera consistente que los entornos con ventilación y filtración inadecuadas contribuyen a tasas más altas de enfermedades. El aire interior viciado permite que los virus y las bacterias prosperen, especialmente durante los meses fríos cuando las puertas y ventanas permanecen cerradas por períodos prolongados. Por el contrario, los entornos con mejor calidad de aire experimentan una reducción en las tasas de transmisión, lo que conduce a menos días de enfermedad y a individuos más saludables y productivos.

 

¿Cuáles son los riesgos este invierno?

 

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), este invierno puede traer un número similar o incluso menor de hospitalizaciones por infecciones respiratorias en comparación con años anteriores. Sin embargo, los expertos advierten que la incertidumbre persiste. La efectividad de las vacunas, las mutaciones virales y cómo se sigan las recomendaciones de salud pública determinarán en gran medida la gravedad de la temporada. Por estas razones, es esencial prepararse ahora, y la calidad del aire interior debe ser una prioridad en nuestras medidas preventivas.

 

Cómo la mala calidad del aire afecta tu salud

 

Además de aumentar el riesgo de infección, la mala calidad del aire interior puede provocar otros problemas de salud, como:

  • Alergias y problemas respiratorios: El polvo, el polen y otros alérgenos se acumulan en espacios mal ventilados, lo que agrava los síntomas de aquellos que padecen asma o alergias.
  • Fatiga y pérdida de productividad: El aire interior estancado o contaminado puede provocar dolores de cabeza, fatiga y dificultad para concentrarse, lo que comúnmente se conoce como «síndrome del edificio enfermo».
  • Riesgos a largo plazo: Con el tiempo, la exposición a contaminantes interiores como el moho, compuestos orgánicos volátiles (COV) y otros contaminantes puede causar problemas de salud más graves, como enfermedades respiratorias crónicas.

Dado estos riesgos, mejorar la calidad del aire que respiramos es más que una solución a corto plazo para reducir las infecciones; es esencial para la salud y el bienestar a largo plazo.

 

¿Cómo puedes mejorar la calidad del aire interior?

 

Mejorar la calidad del aire interior no tiene por qué ser complicado. Aquí tienes algunas estrategias efectivas para reducir el riesgo de infecciones transmitidas por el aire este invierno:

  • Aumenta la entrada de aire fresco: Una de las formas más sencillas de mejorar la calidad del aire interior es traer más aire exterior. Esto se puede hacer abriendo ventanas, incluso solo un poco, para permitir que el aire fresco circule y reemplace el aire viciado en interiores. En hogares y lugares de trabajo con sistemas HVAC, asegúrate de que el sistema esté configurado para traer la mayor cantidad posible de aire exterior.
  • Mejora la filtración del aire: La filtración del aire es esencial para capturar partículas dañinas en el aire, incluidos los virus. Los filtros con un valor MERV (Minimum Efficiency Reporting Value) de 13 o superior pueden capturar hasta el 90% de las partículas en el aire, incluidos los virus. Si el sistema HVAC de tu edificio los admite, considera mejorar a filtros de mayor eficiencia. Para áreas que no tienen sistemas incorporados, los purificadores de aire portátiles con filtros HEPA pueden proporcionar protección adicional.
  • Usa purificadores de aire en áreas de alto riesgo: En áreas de alto riesgo, como entornos de atención médica, oficinas o aulas donde las personas se reúnen por períodos prolongados, los purificadores de aire portátiles equipados con filtros HEPA pueden ayudar a eliminar partículas dañinas del aire. Estos dispositivos son particularmente útiles en habitaciones sin ventanas o en espacios donde es difícil traer aire fresco del exterior.
  • Mantén tu sistema HVAC: El mantenimiento regular de tu sistema de calefacción, ventilación y aire acondicionado (HVAC) es crucial para garantizar que funcione de manera eficiente. Los sistemas mal mantenidos pueden hacer circular polvo, moho y otras partículas dañinas por todo el edificio. Asegúrate de que tu sistema HVAC sea inspeccionado y limpiado regularmente, y que esté funcionando correctamente para maximizar la calidad del aire.
  • Monitorea los niveles de humedad: El aire seco en interiores puede irritar las vías respiratorias y facilitar la propagación de virus. Para minimizar el riesgo de transmisión viral, intenta mantener los niveles de humedad interior entre el 30% y el 50%. Un humidificador puede agregar humedad al aire en entornos secos, lo que facilita la respiración y reduce la propagación de infecciones.

 

Las 4D de la Prevención de Enfermedades Infecciosas

 

Además de mejorar la calidad del aire interior, es fundamental recordar las 4D de la prevención de enfermedades infecciosas. Estos principios básicos pueden ayudar a reducir la propagación de enfermedades en espacios interiores:

  • Duración: Cuanto más tiempo permanezcas en un espacio cerrado, mayor será tu riesgo de exposición a partículas infecciosas. Mantén las reuniones breves y evita permanecer mucho tiempo en áreas concurridas.
  • Densidad: Cuantas más personas haya en un espacio, mayor será la probabilidad de transmisión de enfermedades. Evita los espacios superpoblados, especialmente aquellos con mala ventilación.
  • Dilución: Los virus en el aire se propagan más rápidamente en espacios mal ventilados. Aumenta la ventilación abriendo ventanas o utilizando un sistema HVAC para hacer circular aire fresco.
  • Distancia: Estar cerca de otras personas aumenta tu riesgo de infección. Mantén una distancia segura de los demás, particularmente en entornos interiores donde la calidad del aire esté comprometida.

 

La Importancia de la Calidad del Aire en Lugares de Trabajo y Escuelas

 

Los lugares de trabajo y las escuelas son entornos de alto riesgo para la transmisión de enfermedades, ya que a menudo albergan a grandes cantidades de personas en proximidad cercana. En estos entornos, mejorar la calidad del aire interior debe ser una prioridad. No solo una mejor calidad del aire (IAQ) puede reducir la propagación de infecciones, sino que también puede mejorar la concentración y la productividad, creando un entorno más saludable y eficaz para todos.

El eBook de Commit to C.A.R.E., Entornos Laborales y Escolares Más Saludables, proporciona estrategias prácticas para mejorar la calidad del aire interior en estos entornos, incluidas recomendaciones para una mejor ventilación, filtración y evaluación de riesgos.

 

Mirando Hacia el Futuro: Preparándonos para un Invierno Más Saludable

 

A medida que nos preparamos para la temporada de enfermedades respiratorias de invierno, mejorar la calidad del aire interior debería ser uno de nuestros primeros pasos para protegernos a nosotros mismos y a nuestras comunidades. Implementar estrategias simples como aumentar la ventilación, mejorar los filtros de aire y mantener los sistemas HVAC puede reducir la propagación de enfermedades transmitidas por el aire y crear entornos más saludables para todos.

Comprometámonos con espacios interiores más saludables este invierno, garantizando la seguridad de nuestros hogares, escuelas y lugares de trabajo.